La orquesta de Roberto Firpo en el Ambassadeurs del barrio Parque, en 1936.De izquierda a derecha: Carlitos García (piano); sentados: Vicente Toppi, Calixto Sallago, Rafael Margaruccio y el "torito" Marino (bandoneones); de pie: Enrique Forte, Raúl Bera, Antonio Rossi (primer violín), Angel Corlelo (bajo)y Claudio González.
Roberto Firpo en su casa (1928)
Roberto Firpo con los integrantes de su cuarteto,1936. Sentado, junto a él, su bandoneonista Juan Cambareri.
FIRPO, Roberto. Músico. Pianista. Director. Compositor. Nació en la localidad de Las Flores —provincia de Buenos Aires—el 10 de mayo de 1884. Vivió la infancia en la capital, en el barrio de los Corrales Viejos, donde su padre instaló almacén. Desde su extrema juventud ganó para su vida con sucesivos trabajos: pintor, empleado, obrero del calzado, y en la fundición de Vasena, en Bahía Blanca, funcionario aduanero en Ing. White. Alternó estas ocupaciones de sustento con unos incipientes estudios autodidácticos de violín, primero; de piano, después. A comienzos de siglo, ya resuelta su vocación, inició su carrera de músico como pianista de locales para baile, perfeccionando su formación técnica al cuidado de Alfredo Bevilacqua. Éste, además, lo vinculó a ejecutantes populares de la época, con dos de los cuales, Juan Carlos Bazán(clarinete) y Francisco Postiglione (violín), integró en el recreo El Velódromo.
Pasó, con ellos mismos, poco después a tocar en el Hansen, tomando, sucesivamente, el lugar de Postiglione, los arcos de Lafémina, Palavecino y Roccatagliata. Juntamente con Agustín Bardi, Luis Suárez Campos, Prudencio Aragón y Enrique Saborido, se contó entre los primeros ejecutantes que dieron estabilidad a la presencia del piano en las arcaicas formaciones de la especie. Por aquel entonces dio a conocer su primera hornada de tangos, La Chola, La gaucha Manuela y El compinche, editados ese mismo año, en 1909, por Medina. Introducido siempre por Bevilacqua, actuó, durante 1910, en los cafés de La Boca y en el café Taka Taka, de la Avenida de Mayo, donde, con Bachicha como bandoneón, alternó el repertorio "de salón" con los tangos, en la confitería El Centenario, también de la avenida y frente al pasaje Barolo. Durante 1912, fue requerido por Genaro Spósito, con quien actuó en el bar Iglesias, de Corrientes; en 1913 comenzó la grabación de discos con su rondalla para el sello Era. Se independizó a esa altura, ventajosamente contratado para tocar en las elegantes veladas del cabaret Armenonville, de la Avenida Alvear y Tagle, en Palermo. Tocó, simultáneamente en el bar Iglesias, grabando sus primeros discos como figura: su labor inicial en este aspecto fue la ejecución en solo de piano de su tango Argañaraz, registrado para Columbia y editado con un solo de bandoneón por Arolas como acople. Posteriormente, grabó con su conjunto para Era, aunque sustituyendo, en las primeras series, su piano por una guitarra, en razón de la resistencia que aún el público ofrecía a su instrumento dentro de las orquestas típicas criollas. A su constancia se debió, precisamente, la definitiva implantación del mismo como elemento de base y de conducción de la Orquesta Típica. Eduardo Arolas y Tito Roccatagliata, desde el comienzo de su agrupación; luego Agesilao Ferrazano, José Servidio, Juan Deambroggio, Alejandro Michetti y Juan Carlos Bazán, fueron algunos de sus importantes colaboradores, entre 1913 y 1917. Va en este período, grabó para los discos Nacional Odeón, de Max Glucksmann. Entre estas versiones fonográficas se contaron, en especial, las logradas con sus propios éxitos de compositor —editados en papel por Medina, Breyer o Balerío—: De madrugada e Indiecita (su primer disco, 1914), Sentimiento criollo, La marejada, El talento—uno de sus tangos más hermosos, con una primera de corte bardiano—, Toda la vida, En la brecha, El amanecer, El solita-rio, Vea vea, Didí, Curda completa, El rápido y otros que ofrecieron detalles curiosos: los "tangos dialogados" como Al gran bonete o La murra; los que distinguió genéricamente como "tangos sentimentales", Viviani y Benguria; como "tangos de concierto", Alma de bohemio; como "tango campechano", Lo que ta bien ta bien. Tocó luego en el cabaret L'Abbaye; allí estrenó Fuegos artificíales, compuesto a medias con Arolas; en los teatros del varieté: Porteño, Majestic, Soleil y Casino y en los escenarios consagrados al saínete. En 1917 colaboró con el director cinematográfico José A. Ferreyra, sonorizando, con discos, la película La Muchacha del Arrabal. Ese mismo año, fusionando su orquesta con la de Francisco Canaro, animó los bailes de carnaval del Teatro Colón, de Rosario, cumpliendo luego una afortunada temporada en Montevideo, en el palco del café La Giralda, durante la cual le correspondió estrenar La cumparsita, de Matos Rodríguez. De regreso a la capital porteña, además de su habitual labor en el Palais de Glace fue contratado por el cabaret Pigall, y en 1918 en el Teatro Buenos Aires, fue presentado por Alippi y Muiño, a pleno escenario para acompañar a la actriz Manolita Poli que estrenó esa vez, durante las representaciones de Los Dientes del Perro, de González Castillo y Weisbach, el tango de Castriota y Contursi, Mi noche triste. Nuevos elementos fueron llegando para integrar lúcidamente su orquesta: Pedro Maffia, Rafael Tuegols, Cayetano Puglisi, Elvino Vardaro, Octavio Scaglione, Enrique Cantore, Juan B. Guido y el pianista Luis Cosenza, cuando él empuñó la batuta y su estilo alcanzó definitiva madurez interpretativa y musical. Versiones como Buenos Aires, Organito de la tarde, Ciudad de San Fernando, son bien representativas de ese auspicioso momento de su carrera. Aunque sus mejores trabajos orquestales corresponden al período 1926-1935, cuando por su conjunto desfiló la flor y nata de la nueva hornada de ejecutantes: los pianistas Osvaldo Pugliese, Rafael Giovinazzi, Armando Federico, Carlos García; los violinistas Antonio Rossi y José Nieso; El pajuerano, Río de oro, Honda tristeza, Noche de amor, fueron realizaciones de gran calidad entre las que logró entonces, dentro de una modalidad sensible a los tiempos de ejecu-ción más bien lerdos, prevalentemente melódica con su agradable y como nebuloso y asordinado empleo de la cuerda. Aunque hacia 1940 volvió transitoriamente a la formación orquestal numerosa, desde 1935, retrocediendo estilísticamente veinte años, actuó con su cuarteto, sin duda una de las más populares formaciones que dirigiera. En 1933 actuó en la película Dancing. Posteriormente grabó dúos de piano con su hijo, actuando y concurriendo a estudios fonográficos hasta 1960, en la más extensa carrera que haya cumplido músico de tango alguno. El bisturí, Cero a cero, El apronte, La carcajada, La bordadora, El ahorcado, Eco melodioso, Hilacha, Ave sin rumbo, La muchacha del arrabal, son otros de sus tangos.
In English
Roberto Firpo en su casa (1928)
Roberto Firpo con los integrantes de su cuarteto,1936. Sentado, junto a él, su bandoneonista Juan Cambareri.
Roberto Firpo dirige una orquesta típica de 100 músicos en el escenario del Teatro Colón (setiembre de 1933)
Roberto Firpo con su hijo Roberto a los 8 años de edad, posteriormente pianista como su padre en Mayo de 1935
Roberto Firpo en su piano
FIRPO, Roberto. Músico. Pianista. Director. Compositor. Nació en la localidad de Las Flores —provincia de Buenos Aires—el 10 de mayo de 1884. Vivió la infancia en la capital, en el barrio de los Corrales Viejos, donde su padre instaló almacén. Desde su extrema juventud ganó para su vida con sucesivos trabajos: pintor, empleado, obrero del calzado, y en la fundición de Vasena, en Bahía Blanca, funcionario aduanero en Ing. White. Alternó estas ocupaciones de sustento con unos incipientes estudios autodidácticos de violín, primero; de piano, después. A comienzos de siglo, ya resuelta su vocación, inició su carrera de músico como pianista de locales para baile, perfeccionando su formación técnica al cuidado de Alfredo Bevilacqua. Éste, además, lo vinculó a ejecutantes populares de la época, con dos de los cuales, Juan Carlos Bazán(clarinete) y Francisco Postiglione (violín), integró en el recreo El Velódromo.
Pasó, con ellos mismos, poco después a tocar en el Hansen, tomando, sucesivamente, el lugar de Postiglione, los arcos de Lafémina, Palavecino y Roccatagliata. Juntamente con Agustín Bardi, Luis Suárez Campos, Prudencio Aragón y Enrique Saborido, se contó entre los primeros ejecutantes que dieron estabilidad a la presencia del piano en las arcaicas formaciones de la especie. Por aquel entonces dio a conocer su primera hornada de tangos, La Chola, La gaucha Manuela y El compinche, editados ese mismo año, en 1909, por Medina. Introducido siempre por Bevilacqua, actuó, durante 1910, en los cafés de La Boca y en el café Taka Taka, de la Avenida de Mayo, donde, con Bachicha como bandoneón, alternó el repertorio "de salón" con los tangos, en la confitería El Centenario, también de la avenida y frente al pasaje Barolo. Durante 1912, fue requerido por Genaro Spósito, con quien actuó en el bar Iglesias, de Corrientes; en 1913 comenzó la grabación de discos con su rondalla para el sello Era. Se independizó a esa altura, ventajosamente contratado para tocar en las elegantes veladas del cabaret Armenonville, de la Avenida Alvear y Tagle, en Palermo. Tocó, simultáneamente en el bar Iglesias, grabando sus primeros discos como figura: su labor inicial en este aspecto fue la ejecución en solo de piano de su tango Argañaraz, registrado para Columbia y editado con un solo de bandoneón por Arolas como acople. Posteriormente, grabó con su conjunto para Era, aunque sustituyendo, en las primeras series, su piano por una guitarra, en razón de la resistencia que aún el público ofrecía a su instrumento dentro de las orquestas típicas criollas. A su constancia se debió, precisamente, la definitiva implantación del mismo como elemento de base y de conducción de la Orquesta Típica. Eduardo Arolas y Tito Roccatagliata, desde el comienzo de su agrupación; luego Agesilao Ferrazano, José Servidio, Juan Deambroggio, Alejandro Michetti y Juan Carlos Bazán, fueron algunos de sus importantes colaboradores, entre 1913 y 1917. Va en este período, grabó para los discos Nacional Odeón, de Max Glucksmann. Entre estas versiones fonográficas se contaron, en especial, las logradas con sus propios éxitos de compositor —editados en papel por Medina, Breyer o Balerío—: De madrugada e Indiecita (su primer disco, 1914), Sentimiento criollo, La marejada, El talento—uno de sus tangos más hermosos, con una primera de corte bardiano—, Toda la vida, En la brecha, El amanecer, El solita-rio, Vea vea, Didí, Curda completa, El rápido y otros que ofrecieron detalles curiosos: los "tangos dialogados" como Al gran bonete o La murra; los que distinguió genéricamente como "tangos sentimentales", Viviani y Benguria; como "tangos de concierto", Alma de bohemio; como "tango campechano", Lo que ta bien ta bien. Tocó luego en el cabaret L'Abbaye; allí estrenó Fuegos artificíales, compuesto a medias con Arolas; en los teatros del varieté: Porteño, Majestic, Soleil y Casino y en los escenarios consagrados al saínete. En 1917 colaboró con el director cinematográfico José A. Ferreyra, sonorizando, con discos, la película La Muchacha del Arrabal. Ese mismo año, fusionando su orquesta con la de Francisco Canaro, animó los bailes de carnaval del Teatro Colón, de Rosario, cumpliendo luego una afortunada temporada en Montevideo, en el palco del café La Giralda, durante la cual le correspondió estrenar La cumparsita, de Matos Rodríguez. De regreso a la capital porteña, además de su habitual labor en el Palais de Glace fue contratado por el cabaret Pigall, y en 1918 en el Teatro Buenos Aires, fue presentado por Alippi y Muiño, a pleno escenario para acompañar a la actriz Manolita Poli que estrenó esa vez, durante las representaciones de Los Dientes del Perro, de González Castillo y Weisbach, el tango de Castriota y Contursi, Mi noche triste. Nuevos elementos fueron llegando para integrar lúcidamente su orquesta: Pedro Maffia, Rafael Tuegols, Cayetano Puglisi, Elvino Vardaro, Octavio Scaglione, Enrique Cantore, Juan B. Guido y el pianista Luis Cosenza, cuando él empuñó la batuta y su estilo alcanzó definitiva madurez interpretativa y musical. Versiones como Buenos Aires, Organito de la tarde, Ciudad de San Fernando, son bien representativas de ese auspicioso momento de su carrera. Aunque sus mejores trabajos orquestales corresponden al período 1926-1935, cuando por su conjunto desfiló la flor y nata de la nueva hornada de ejecutantes: los pianistas Osvaldo Pugliese, Rafael Giovinazzi, Armando Federico, Carlos García; los violinistas Antonio Rossi y José Nieso; El pajuerano, Río de oro, Honda tristeza, Noche de amor, fueron realizaciones de gran calidad entre las que logró entonces, dentro de una modalidad sensible a los tiempos de ejecu-ción más bien lerdos, prevalentemente melódica con su agradable y como nebuloso y asordinado empleo de la cuerda. Aunque hacia 1940 volvió transitoriamente a la formación orquestal numerosa, desde 1935, retrocediendo estilísticamente veinte años, actuó con su cuarteto, sin duda una de las más populares formaciones que dirigiera. En 1933 actuó en la película Dancing. Posteriormente grabó dúos de piano con su hijo, actuando y concurriendo a estudios fonográficos hasta 1960, en la más extensa carrera que haya cumplido músico de tango alguno. El bisturí, Cero a cero, El apronte, La carcajada, La bordadora, El ahorcado, Eco melodioso, Hilacha, Ave sin rumbo, La muchacha del arrabal, son otros de sus tangos.
In English
Firpo, Roberto. Music. Pianist. Manager. Composer. Born in the town of Las Flores-Buenos Aires province-the May 10, 1884. He lived childhood in the capital, in the neighborhood of Old Corrales, where his father installed warehouse. Since its extreme youth won for his life with successive work: painter, employee, worker shoes, and casting Vasena, in Bahia Blanca, a customs officer Ing. White. Alternative livelihoods for these occupations with some emerging studies of self violin, first; piano later. At the beginning of the century, and settled his vocation, he began his career as pianist for local musician to dance, perfecting their technical training in the care of Alfredo Bevilacqua. This also linked to the popular performers of the era, two of whom, Juan Carlos Bazan (clarinet) and Francisco Postiglione (violin), integrated into recess The Velodrome. He spent with them, shortly after playing in Hansen, taking successively site Postiglione, arches Lafémina, Palavecino and Roccatagliata. Along with Agustin Bardi, Luis Suarez Campos, Prudencio Aragon and Enrique Saborido, was among the first performers who gave stability to the presence of the piano in the archaic formations of the species. By then released its first batch of tangos, La Chola, The Rio Grande do Sul and Manuela The buddy, released that same year, in 1909, in Medina. Introduced by always Bevilacqua, served during 1910, in the cafes of La Boca and coffee Taka Taka, the Avenida de Mayo, where, as with Bachicha bandoneon, alternated the "salon" with tangos, in the tearoom The Centennial, also of the avenue in front of the passenger and Barolo. During 1912, he was summoned by Genaro Spósito, who served in the bar Churches, Corrientes, in 1913 began recording with his rondalla discs for the label was. It is independent to that height advantage recruited to play at the elegant evenings of cabaret Armenonville, Avenida Alvear and Tagle, in Palermo. He played simultaneously at the bar Churches, recording his first albums like figure: his initial work on this aspect was carrying in his piano solo tango Argañaraz, recorded for Columbia and edited with a bandoneon solo by Arolas as coupling. Subsequently, he recorded with a whole was for, although replacing, in the first series, his piano for a guitar, because of resistance that have offered to the public within its instrument of the tango orchestras Creole. His record was precisely the final implementation of the same element as the foundation and driving Typical Orchestra. Eduardo Arolas and Tito Roccatagliata, since the start of his group, then Agesilao Ferrazano, Joseph Servidio, John Deambroggio, Alejandro Michetti and Juan Carlos Bazan, were among its major partners, between 1913 and 1917. It is in this period, he recorded for the disks National Odeon, Max Glucksmann. Among these versions Phonographic were counted, particularly those achieved with their own successes as composer-edited paper by Medina, Breyer-or Balerio: From dawn and Indiecita (his first album, 1914), Feeling Creole, swell, Talent - One of its most beautiful tangos, with an initial cut-bardiano, whole life, in the gap, The Dawn, The river-alone, see View, Dido, Kurdish complete, Rapid and others who offered curious details: "tangos dialogue" as Al big or bonete The murra; those who distinguished himself generically as "sentimental tangos," Viviani and Benguria; as "tango concert," Soul of bohemian; as "tango campechano" What good ta ta well. He played later in the cabaret L'Abbaye; premiered there fireworks, composed half with Arolas in theatres variety: Porteño, Majestic, Soleil and Casino and scenarios enshrined in the sketches. In 1917 collaborated with film director Jose A. Ferreyra, sound, with discs, the movie The Girl Arrabal. That same year, merging with his orchestra Francisco Canaro, encouraged the carnival balls at the Teatro Colon, Rosario, meeting then a fortunate season in Montevideo, on the stage of coffee La Giralda, during which accounted for brand-La cumparsita, de Matos Rodriguez. Back in the capital Buenos Aires, in addition to his usual work at the Palais de Glace was hired by the cabaret Pigall, and in 1918 at the Teatro Buenos Aires, was introduced by Alippi and Muiño in full stage to accompany the actress Manolita Poli which premiered this time, during the representations The Teeth of the Dog, Gonzalez Castillo and Weisbach, the tango and Castriota Contursi, My sad night. New elements were coming to integrate his orchestra lucidly: Pedro Maffia, Rafael Tuegols, Cayetano Puglisi, Elvino Vardaro, Octavio Scaglione, Enrique Cantore, John B. Guido and the pianist Luis Cosenza, wielding the baton when he and his style reached final maturity and musical interpretation. Versions like Buenos Aires, Organ of the afternoon, City of San Fernando, are well representative of this auspicious occasion of their ca-rrera. Although his best orchestral works cover the period 1926-1935, when a whole paraded the cream of the new batch of performers: the pianists Osvaldo Pugliese, Rafael Giovinazzi, Armando Federico Carlos Garcia; violinists and Jose Antonio Rossi Nieso; The pajuerano, Gold River, Honda sadness, Night of love, achievements were of high quality among those that succeeded then, within a modality sensitive times implemen-tation rather Lerdo, mainly with his pleasant and melodic as nebulous and asordinado use of the rope. Although 1940 returned temporarily to the large orchestral training, since 1935, retreating stylistically twenty years, he performed with his quartet, undoubtedly one of the most popular formations to lead. In 1933 he appeared in the film Dancing. Subsequently recorded piano duets with his son, acting and concurring studies phonographic until 1960, the longest race on musician who has completed a tango. The scalpel, Zero to zero, apronte, laughter, The bordadora, Hangman, Eco melodious, lint, Ave aimlessly, The girl's outskirts, others are of his tangos.
Por Horacio Ferrer
Editado, compaginado y traduccion en Ingles para la web por El tango y sus invitados
Por Horacio Ferrer
Editado, compaginado y traduccion en Ingles para la web por El tango y sus invitados