jueves, 17 de marzo de 2011

Sara Montiel

Sara Montiel
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Sara Montiel
Sara Montiel: María Antonia Abad Fernández, artísticamente Sara Montiel (Campo de Criptana, Ciudad Real, 10 de marzo de 1928); actriz de cine y cantante española. Es considerada uno de los mitos más importantes del espectáculo en lengua hispana, tanto por sus éxitos en cine y música como por su espectacular belleza.
Sigue siendo un icono o figura de culto, admirada por público de gustos muy dispares e
inspiración para varias generaciones de artistas. Es una de las pocas leyendas supervivientes de la
Época de Oro del Cine Mexicano.
En una España gris y necesitada de fantasía bajo la censura y las limitaciones económicas, Sara
Montiel fue la cara más barroca y atrevida del espectáculo, gracias a sus papeles melodramáticos y a
su sensual manera de cantar y vestir. Actriz de gran éxito comercial, mayormente en las décadas de
1950 y 1960, ha protagonizado o participado en unas 60 películas, varias de las cuales alcanzaron
enormes recaudaciones internacionalmente. Fue la primera española en triunfar en Hollywood,
donde trabajó con varias de las máximas estrellas de la época, como Gary Cooper, Burt Lancaster,

Joan Fontaine, Mario Lanza, Vincent Price, Charles Bronson... Pedro Almodóvar y Alaska se cuentan
entre los artistas actuales que se declaran admiradores suyos y que han contado con ella para sus
trabajos.
Sara Montiel nació en la pequeña localidad de Campo de Criptana en 1928, en el seno de una familia
manchega humilde que subsistía por medio de la agricultura, ya que su padre era campesino. Tras la
Guerra Civil, la familia se estableció en Orihuela (Alicante), donde el padre abrió una bodega. La
futura estrella estudió en el Colegio de Jesús María de San Agustín en esa ciudad. Allí falleció un
hermano suyo, que está enterrado en el cementerio local. Tenía una hermana mayor llamada Elpidia
nacida en 1912 y fallecida el 8 de enero de 2006 a los 93 años.
Inicios
Desde muy pequeña María Antonia destacó por su belleza y sus dotes artísticas, las cuales
impresionaron a Vicente Casanova, un influyente productor (uno de los dueños de la compañía
CIFESA) y agente de publicidad, quien la vio cantando una saeta durante una procesión de Semana
Santa de Orihuela. Don Vicente procuró que la joven recibiera un entrenamiento básico en
declamación y canto.
La primera película de Sara fue Te quiero para mí, donde apareció como actriz secundaria en el
reparto haciendo el papel de María Alejandra. Pero fue a partir de Empezó en boda dónde usaría el
nombre artístico de Sara Montiel.
Su primer papel de importancia fue en Locura de amor (1948), gran éxito de Juan de Orduña
protagonizado por Aurora Bautista y Fernando Rey, a la que siguieron La mies es mucha, Pequeñeces
y El capitán veneno (1951) de Luis Marquina, protagonizada por Fernando Fernán Gómez. Su gran
belleza y talento le permitirían lograr grandes éxitos años después, pero el cine español de
entonces se le quedaba pequeño pues la encasillaba en papeles de cara bonita, y Sara proyectó su
ambición hacia el extranjero, concretamente a México y a EE.UU., donde llegaría a trabajar en
Hollywood.
Actriz de Hollywood y estrellato
Gracias al éxito de Locura de amor, Sara Montiel llamó la atención a la industria de habla hispana
más importante del mundo, el México del Cine de Oro, y pronto se convertiría en una de las estrellas
del momento, junto con María Félix, Miroslava y Katy Jurado. También trabajaría con los grandes
actores de la época: Agustín Lara, Arturo de Córdova, Pedro Infante.... Así fue que llegó a filmar más
de una decena de producciones, destacando: Cárcel de mujeres (con Katy Jurado), Piel canela, Furia
salvaje y Se solicitan modelos, entre otras.
Debido a su belleza y su talento pronto llamó la atención de la industria cinematográfica
estadounidense, que se hallaba necesitada de estrellas hispanas en la línea de Rita Hayworth.
Interpretaciones como Cárcel de mujeres y Piel canela le abrieron las puertas para entrar a
Hollywood en 1954 como una nueva Gilda.
Su primera interpretación fue de la mano, nada más y nada menos, que del mítico Gary Cooper en
Veracruz de Robert Aldrich, junto a estrellas tan importantes de la época como el citado Cooper, Burt
Lancaster, Denise Darcel, Cesar Romero, Ernest Borgnine y un joven Charles Bronson. Los títulos de
crédito de esta película, uno de los mejores western de la historia, presentaban a Sara (al público
estadounidense) con la frase: «and introducing Sarita Montiel». Aunque su papel no era protagonista,
Sara terminaba eclipsando a su oponente femenina, Denise Darcel, por su belleza y porque su papel
era el de la chica buena. De hecho, es Sara y no Denise quien protagoniza la última escena de la
película con Gary Cooper. Con Veracruz, Sara Montiel logró índices de popularidad que jamás había
tenido una artista española.
Según varias fuentes, la actriz recibió un «contrato estándar de siete años» de manos de Harry Cohn,
magnate de la Columbia Pictures, uno de los grandes estudios de Hollywood, pero lo rechazó
temiendo que un acuerdo de exclusividad la encasillase en papeles de hispana. Por ello, sus
siguientes trabajos fueron como actriz «free-lance» o independiente para diferentes productoras, y
llegado el momento Sara tendría libertad para regresar a España.
Su segunda película en Estados Unidos fue Serenade (Serenata o Dos pasiones y un amor), una
producción de eminente contenido musical para el lucimiento del tenor Mario Lanza, que contó con
dos estrellas ya legendarias: Joan Fontaine y Vincent Price. También en esta película, Sara
interpretaba un papel de chica buena, ingenua pero con coraje, que se oponía a la pérfida Joan
Fontaine. Hay que recordar una escena de enfrentamiento entre ellas, cuando Sara da unos pases de
toreo y, ante un desplante de Fontaine, la amenaza con una espada. En este rodaje Sara conoció al
que sería su primer marido, Anthony Mann, el director de la cinta.
Como su último trabajo en Hollywood, la actriz española rodó Yuma de Samuel Fuller (película que
también fue llamada Run of the arrow), junto a Rod Steiger. Este actor volvería a ser popular en su
vejez por dos papeles: el de malo en El especialista de Sylvester Stallone y Sharon Stone, y el de juez
en Crazy in Alabama, debut de Antonio Banderas como director. En Yuma, Sara se reencontró con
Charles Bronson, que encarnaba a un indio. Otro dato curioso es que según algunas fuentes, la voz
de Sara fue doblada por Angie Dickinson, un dato poco conocido entre el público hispano que ha
visto generalmente la película doblada en español.
Sara Montiel (conocida entonces como Sarita Montiel) tenía su lugar asentado en Hollywood; mantuvo
cierta amistad con personalidades tan relevantes del cine internacional como Marlon Brando, James
Dean o la hija de Alfred Hitchcock. Una fotografía de Sara con James Dean es la última que se conoce
del mítico actor; con ella se anunció en los periódicos la muerte de James Dean -en accidente de
tráfico- en todo el mundo.
Aunque Sara tenía proyectos para realizar otras películas como The American o Burning Hills, uno de
ellas junto a Paul Newman... el destino le deparó otro rumbo a su carrera y se marchó de Hollywood.
El último cuplé
Tras unas vacaciones, rodó en España una película de bajo presupuesto bajo las órdenes de Juan de
Orduña, que realizó más por amistad y gratitud que por dinero: El último cuplé (1957). A pesar de
sus modestos medios, la película fue un éxito de taquilla inmenso, en parte porque Sara incluía
números musicales con una peculiar voz, susurrante y más bien grave, totalmente opuesta al estilo
atiplado de Raquel Meller y otras estrellas españolas de la canción. Sus interpretaciones de Fumando
espero y El relicario serían recordadas durante generaciones.
La mejor pagada
El último cuplé marcó un hito en el cine español por su recaudación, un récord que mantuvo durante
años, e hizo de la Montiel una de las artistas más taquilleras del mundo. Por consiguiente firmó un
contrato multimillonario para realizar películas de producciones europeas
(hispano-francesas-italianas) que la convirtieron en la actriz de habla hispana mejor pagada de la
década.
Al Último Cuplé le siguieron varias producciones de éxito con importantes galanes europeos, como
La Violetera (con Raf Vallone) y Carmen la de Ronda (con Maurice Ronet). Estas películas redoblaban
su atractivo gracias a números musicales donde Sara cantaba con su peculiar estilo y luciendo
exuberantes vestidos que tentaban a la censura.
A los dos filmes citados, siguieron Mi último tango, Pecado de Amor, La bella Lola, La dama de
Beirut, La reina del Chantecler, Noches de Casablanca, La mujer perdida, Varietés (dirigido por Juan
Antonio Bardem) y Cinco almohadas para una noche (1973).
Con la llegada de la Transición y el predominio del cine de destape, Sara Montiel decidió dejar este
medio para volcarse en su faceta musical, mayormente en espectáculos de variedades en teatros y
televisión como Ven al Paralelo. Mantuvo una extraordinaria popularidad y también la admiración de
nuevas generaciones de músicos; prueba de ello fue su disco Purísimo Sara, con colaboraciones de
José María Cano (del grupo Mecano), Joaquín Sabina y Javier Gurruchaga.
Carrera como cantante y en TV
Como cantante ha cosechado importantes éxitos en su carrera, sobre todo al volver a poner de moda
el cuplé con su insinuante forma de cantar. Rompiendo con la tradición de voces atipladas impuesta
por Raquel Meller y otras divas, Sara cantaba con una voz de tesitura más grave. Es conocida su
anécdota durante los ensayos vocales para El último cuplé: como no llegaba a las notas, pedía al
pianista que bajase de escala, a lo que él respondió «Si sigo bajando más, me agacho debajo del
piano».
Su personal estilo es inconfundible; boleros como Contigo aprendí o Bésame mucho dieron la vuelta
al mundo con su voz. Pero sin duda la canción con la cual será siempre identificada es Fumando
espero, con la que Sara Montiel hizo que el fumar, hoy un hábito mal visto, se considerara entonces
algo elegante.
Su última película, Cinco almohadas para una noche, no consiguió el éxito de las anteriores. El cine
español vivía la época del destape. Sara Montiel decidió entonces apartarse de ese tipo de cine y se
entregó por entero al teatro, como ya hicieran otras grandes estrellas. Espectáculos musicales como
Doña Sara de la Mancha demostraban la increíble capacidad para enamorar al público, esta vez desde
un escenario, con lo que el público podía ver a la diva en directo. Saritísima o Saritízate son dos
ejemplos de los muchos espectáculos teatrales que Sara Montiel presentó con éxito.
En televisión protagonizó dos programas: Sara y punto, realizado por Eduardo Stern y Ven al Paralelo
con el cual estuvo dos temporadas, siendo por entonces la indiscutible reina del espectáculo
barcelonés y del canal La 2.
En 2002, Sara reapareció en televisión grabando un chocante anuncio para los premios MTV Europe
Music Awards de ese año, y en 2009 grabó con el grupo Fangoria una versión de su nueva canción
Absolutamente y su correspondiente video musical.
Vida amorosa
En el año 2000 publicó sus memorias, Vivir es un placer, escritas por el dramaturgo Pedro Víllora.
Gran conocedora del amor, ha vivido importantes relaciones, además de varios matrimonios.
Su primer marido fue Anthony Mann, director de cine norteamericano con quién se casó en 1957 en
Hollywood (primero en artículo mortis, por consejo de la hija del director y una vez restablecido de
su enfermedad, en matrimonio civil, convirtiéndose en su primer marido). Sara había conocido a
Mann en el rodaje de la película Dos pasiones y un amor (Serenade) en la que trabajó junto a Mario
Lanza y Joan Fontaine. El divorcio advino en 1963.
Su segundo marido fue el industrial Vicente Ramírez Olalla, a quién Sara llamaba cariñosamente
"Chente." Se casaron ante un reducido grupo de invitados en la Iglesia de Montserrat, en Roma,
oficiando la ceremonia el abad mitrado del Valle de los Caídos, Fray Justo Pérez de Urbel. Con todo,
el sonado matrimonio apenas duró dos meses.
El hombre de su vida fue el empresario y periodista mallorquín Pepe Tous, con quién contrajo
matrimonio después de diez años de relaciones. Juntos adoptaron a los dos hijos de la popular
artista, Thais (1979) y Zeus (1983). Pepe Tous murió y dejó a Sara sola y al cargo de sus dos hijos.
Otros hombres importantes en la vida de Sara Montiel, han sido: Ernest Hemingway, quién enseñó a
Sara a fumar habanos. James Dean, con quién dicen que vivió un romance de película, incluso estuvo
a punto de viajar con el malogrado actor, el día que este tuvo el fatídico accidente que le costó la
vida.
Para León Felipe, el importante escritor y poeta español, Sara fue su musa y su mayor inspiración "La
Mancha en ti, mujer, y en mi corazón el dardo". Palabras que el insigne poeta dedicó a su admirada
Sara a quien en una ocasión llegó a decir: "Eres demasiado bella para el cine, lo tuyo es el teatro".
Con Gary Cooper, Sara vivió uno de sus más sonados romances. Se conocieron durante el rodaje de
Veracruz y entre ellos se produjeron anécdotas muy curiosas. La primera vez que Sara hizo el amor
con él, se debió a una equivocación de la actriz, pues Sara apenas sabía leer y escribir y mucho
menos en inglés y se aprendió el guión de la película fonéticamente; una de las frases que el
personaje de Sara tenía que decirle al de Cooper era "¿Quieres luchar (en inglés, fight) conmigo y
con los mios por mi pueblo?", se equivocó y acertó a decirle "¿Quieres hacer el amor (en inglés, quizá
otro verbo que empieza con f...) conmigo?", a lo que Cooper, respondió con un sonoro "Yes!". Sara
recuerda cuando abrazada al actor americano le susurraba cantando "Because of you". Hasta el final
de la vida de Cooper, se mantuvo la amistad y en la última visita que el mito de Hollywood realizó a
España, estando ya muy enfermo, al bajarse del avión lo primero que pregunto fue: ¿Dondé está "my
Montielita"?.
Se rumora que también hubo un romance con Marlon Brando durante la estancia de Sara en
Hollywood; a Brando le gustaba que ella le cocinara huevos fritos.
Miguel Mihura fue, aparte de un hombre y un amor importante en la vida de Sara, su Pigmalión. Sara
llegó a pedirle matrimonio a Mihura, pero a pesar de publicarse las amonestaciones no llegaron a
casarse.
Indalecio Prieto, un político de izquierdas a quién Sara conoció cuando él estaba en el exilio, fue una
relación corta pero de la que Sara ha guardado un gran recuerdo.
Maurice Ronet, para Sara compañero y amante, trabajó con ella en Carmen la de Ronda, Mi último
tango y Noches de Casablanca, viviendo un apasionado idilio que traspasó la pantalla.
Con Giancarlo del Duca, más conocido en España como Giancarlo Viola, trabajó en La mujer perdida y
La dama de Beirut, y vivieron un romance que él decidió cortar. Cuando Pepe Tous murió, apareció
de nuevo en su vida y el romance volvió de nuevo, pero "Gianca" como ella lo llamaba, engañó a Sara
y a pesar de hablarse de boda entre ambos, decidió cortar con él definitivamente.
Como ella misma cuenta tuvo una relación tormentosa con el fotógrafo de La bella Lola (1962) Mario
Montuori.
Premios: Sara ha sido galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo por el Gobierno
Regional de Castilla-La Mancha. Fuente Wikipedia