viernes, 11 de mayo de 2012

El tango en Turquia

El tango en Turquia (Metin Yazir)


Actualmente, el tango goza de notable popularidad en Turquía, donde hay una docena de academias que enseñan a bailarlo. Lo admiran en el mundo de la política, la diplomacia, los negocios, los medios y la educación.
En la embajada argentina en Ankara, Ezequiel Martín Barakat, encargado de negocios al frente de la sede diplomática, da la pista de un fenómeno vernáculo en la lejana Turquía. Cuenta que "hay una proyección cultural muy importante para afianzar las relaciones bilaterales, ya que los vínculos culturales tienen mucha potencialidad, tanto como los económicos. Y en ese sentido hay un factor de acercamiento muy importante en el tango. Los turcos son muy afectos al tango, hay un público muy interesado.


-¿En qué se manifiesta ese interés por el tango?

-Concretamente, hay una docena de academias donde se enseña y se baila el tango. Un chico turco me alertó acerca del fenómeno que produce entre los jóvenes. Algunos, incluso, se dedican a estudiar el español a partir del tango.

-¿Cuál es la raíz del tango en la sociedad turca?

-Mustafá Kemal, conocido como Atatürk, el hombre que fundó la república moderna y dio fin a las tradiciones del Imperio Otomano, entre su ola de modernizaciones puso mucho interés en el baile. Fueron famosas sus veladas en Palacio, en los años 20 del siglo pasado. El fue un adorador del tango, porque pensaba que liberaba a la mujer a través del baile, en una sociedad que la relegaba. Atatürk quería europeizar al país y el tango en ese momento se imponía en Europa.

Lejos del ámbito diplomático, el que habla ahora con Clarín es Volkan Asif. Está a cargo de la secretaría privada del viceprimer ministro Mehmet Ciecek. Rodeado de teléfonos y agendas, dice: "Me gusta la relación entre el hombre y la mujer que plantea el tango, creo que ésa es su filosofía esencial. El tango no es sólo un baile". Cuenta que aprendió a bailarlo junto a su pareja, Ahu, en Unitko, una academia de danzas, hace ya un año. Conoce "a Piazzolla, que más que argentino es universal", y también a Gardel y a Libertad Lamarque.

El tango no desentona ni siquiera en el ambiente más recoleto de los claustros. En la Universidad Fatih, el profesor Sami El Mushtawi, director del departamento de Literatura española, vibra con el 2x4. Criado en Egipto, vivió en Santiago de Chile y cuatro años en Buenos Aires.

-¿Qué le sugiere el tango y qué siente al escucharlo?

-Es el baile nacional argentino por excelencia, un verdadero arte. Al oírlo recuerdo mis años en la Argentina: Buenos Aires, Caminito, La Boca, todo eso.

-¿Llegó a conocer el tango como poesía?

-Claro que sí, y me gusta tanto lo que dice como la danza. La palabra y no sólo el ritmo.

Hakan Turunc es un empresario que durante casi 20 años se metió en los laberintos de la Bolsa y la banca. Ahora está embarcado en proyectos educativos. Sus credenciales tangueras superan a cualquier otro de los entrevistados y obsequia con orgullo Tangolarimiz, un CD de tangos en turco. Asegura que "desde los años 60 se empezó a conocer el tango en Turquía, cuando empezaron a venir acá las primeras delegaciones para difundirlo". Estima que unas tres mil personas siguen el tango en Estambul. Y menciona entre los grupos de más suceso a Gotan Project.

-¿Qué lo cautivó del tango?

-Es único, un baile muy elegante. Verlo y bailarlo produce pasión, calidez, sentimiento y armonía. Son dos cuerpos en danza, de ratos agresiva y de a ratos sensual. Son dos personas en una sola: un solo cuerpo danza.

Fecir Alptekin, coordinador del Grupo Turkuvaz, que edita diarios, revistas y producciones televisivas, asegura que conoce "bastante al tango". Y enumera a sus más admirados: "Gardel, Piazzolla y Goyeneche". Sorprende con una precisión: "Recuerdo mucho la letra de Sur, de Homero Manzi". Sain Orham, un productor que estuvo en Buenos Aires y filmó un documental para la cadena de TV Samanyolu, define: "Encontramos un hilo conductor de la identidad de su pueblo, un vínculo muy fuerte entre asado, tango y fútbol".

El licenciado Beytullah Cholak, director de la Fundación de la Amistad argentino-turca, puede dar fe de la profundidad identitaria de esas relaciones. Vino a Buenos Aires hace nueve años y acá conoció a la hija de Marcelo Falcón, un formoseño fanático de los asados y del tango. Se aquerenció y con Gabriela ya tienen a Santiago Said, de un año y medio. Cuando el nene crezca, seguramente no necesitará que nadie le explique qué es y de qué se trata el tango.
Fuente: Osvaldo Pepe en Clarín.
Editado por el tango y sus invitados