Jorge Falcón a dúo con Noemí Marcel en Grandes valores del tango
Silvio Soldán, Jorge Falcón, Héctor Varela y Julio De Gracia
Le presentó a la vida una batalla sin concesiones, tenaz, ardua, sin bajar los brazos. Desde muy joven comenzó a cantar y a seguir el camino del tango, pero su gran carta de presentación, esa vidriera que todo cantante necesita para ascender a la fama y perpetuarse, la logró cuando actuó en la orquesta de Héctor Varela.
Su debut se produjo el 12 de Octubre de 1976 y desde ese momento nadie ya podría olvidar la figura de Jorge Falcón, el muchacho pintón y de voz apasionada y varonil gozaba de cierto grado de timidez dibujada en su rostro, pero su calidad profesional hacía que por momentos ni se acordara que estaba frente a cientos de personas que lo aplaudían de pie. Pero igual que su carrera "meteórica", la muerte, agazapada a la vuelta de cada esquina, lo abrazó a la temprana edad de treinta y siete años.
Jorge Falcón o mejor dicho Luis Iglesias, tal su verdadero nombre, nació en el barrio de Parque Chacabuco y pasó por formaciones tales como "Tango 5", "Buenos Aires 5", las orquestas de Jorge De Luca y Gabriel "Chula" Clausi, con quien llega al disco con aproximadamente diez temas. Con esta orquesta y todavía con su nombre real graba entre otros tangos: "Desecho de amor", de Juan Vaccaro y José Fuentes, "Fue aquel beso", también de Vaccaro con Victorio Sardi, "Para que renegar", de Gabriel Clausi, "Yo estoy loco por vos", de Roberto Marano, "Arolas", de Clausi y Mario Gomila y el vals, "Aquel libro", también de Clausi con A. Guastavino.
Finalmente, ingresa a la agrupación de Héctor Varela, donde se produciría su consagración definitiva. El muchacho se hizo querer de tal forma por el maestro, que mas allá de su situación profesional, Jorge se había ganado el corazón de Varela y el maestro se preocupaba para que su "pichón" pudiera abrirse camino solo. Don Héctor no era egoísta y si veía que alguien tenía condiciones, lo apuntalaba para que saliera "volando solo".
Con la orquesta de Héctor Varela, graba para el sello Microfón más de 20 temas, algunos de los cuales a dúo con Fernando Soler y Diego Solís.
El primer larga duración de 1977, contenía su primer éxito comercial, la milonga "Azúcar, pimienta y sal", de Tití Rossi, Héctor Varela y letra de Abel Aznar, a dúo con Soler.
Sus éxitos más importantes con el maestro, fueron también: "Sabor de adiós", "Y te parece todavía" y "Haceme cu cú" a dúo con Soler.
Era tanto el cariño del director con el cantante que, las malas lenguas dicen que a Jorge lo echó para que de una vez por todas se afirmara solo frente a los amantes del tango y así ascender a la condición de solista. Y fue así que Falcón, logró por parte de la gente una aceptación extraordinaria.
En su nueva etapa graba ocho temas acompañado por la orquesta de Ernesto "Tití" Rossi, quien fuera arreglador y primer bandoneón de Varela y diez con la de Raúl Plate, con quien logra el que, posiblemente, sea su mayor éxito: "El amor desolado" de Alberto Cortez y el letrista José Dicenta Sánchez.
Jorge sufrió en 1986 un accidente automovilístico y tiempo después, en el medio de una presentación que hacía en la ciudad de Rosario, sufrió un desmayo que obligó a que se lo internase en una clínica local. Se dijo que todo era producto del choque que había sufrido, pero en realidad, el choque fue producto de su delicada salud, del mal que estaba padeciendo el cantor. Jorge tenía cáncer y a pesar de haber sido tratado con minuciosos recursos de la oncología, al año de habérsele descubierto el mal, fallecía en el Sanatorio de Artistas de Variedades del barrio de San Telmo, en Buenos Aires.
Detrás de su cuerpo deteriorado, ese jueves 2 de Julio de 1987 en que Jorge abandonó la tierra, quedaba su esposa Alicia, su hijo Adrián y seis larga duración grabados con todo el amor.
Ese mismo año había fallecido Héctor Varela, tan sólo seis meses antes. Algunos aseguran que ambos se dieron la mano nuevamente en el cielo y de común acuerdo, se dedicaron a ponerle "pimienta" a los ángeles celestiales. Fuente Ecos del recuerdo.
Editado por El Tango y sus invitados