Organito (Organito callejero)
ORGANITO. Instrumento portátil —adaptación móvil de órgano o de piano— cuyas teclas o lengüetas respectivamente, suenen por la acción giratoria de un cilindro dentado o con púas desde el exterior mediante una manivela. Muy popular en las ciudades españolas de fines del siglo 1800 y principios del 1900, alcanzaron notable divulgación en el Río de la Plata durante la misma época diluyéndose su atracción después de 1930.
Los hubo de dimensión reducida para llevar colgados del cuello y de mayor tamaño, con tren de ruedas y tirados por un caballo. Llevaba además un estrecho cajón con cédulas(Tarjetas de la suerte) que una cotorrita extraía a una orden del organillero. En ocasiones, los más completos lucían tambor y platillo y una angosta vitrina en la cual danzaban al son de la música unas figuras de cera, de madera o de trapo.
Los más famosos y llamativos pertenecieron a la flota de la empresa Rinaldi-Roncallo que contribuyó a la difusión callejera de los tangos especialmente hasta 1910. Fue tema de numerosos poetas y letristas. "Has vuelto organillo. En la acera / hay risas. Has vuelto llorón y cansado / como antes". (Evaristo Carriego Has vuelto, poema); "Las ruedas embarradas del último organito / vendrán desde la tarde buscando el arrabal / con un caballo flaco y un rengo y un monito / y un coro de muchachas vestidas de percal" (Hornero Manzí, El último organito, tango). "Al paso tardo de un pobre ciego / puebla de notas el arrabal / con un concierto de vidrios rotos / el organito crepuscular" (Organito de la tarde, tango de José González Castillo). El primer volumen de poemas de Celedonio Esteban Flores se tituló, precisamente, Mientras Pasa el Organito.
Por Horacio Ferrer
Editado y comapaginado para la web por El tango y sus invitados